ALGUIEN SABE LO QUE ES LA VERGÜENZA AJENA!!!

Hoy me a llegado, un vídeo que da y a dado mucho que reír en Internet. Haciendo una lectura más profunda del mismo, veo unas pobres personas, jóvenes, que no tienen una vivienda digna. Seguramente no tienen trabajo. Y tampoco lo quieren. Por ello me impresione mucho más el vídeo, la ignorancia, hace a veces parecer a la persona que la padece cómica, y no inculta. Por otro lado la señora, por el solo hecho de ver una cámara, hace alarde de toda una artillería teatral, para hacerse oír. Y eso para mí no se me hace extraño, pues visto que ella no tiene un lavabo como dios manda, pero si un televisor. Estará, seguramente, bien enseñada por las fieras de Tlele-inco en que cualquier palurdo inculto, imbécil e ignorante puede ser una estrella mediática, o un tertuliano de economía. Está claro que a la señora, eso, no se le ha escapado, y a parte a la periodista que no le hace ascos a la actuación, poniendo más ascuas, si cabe a la pantomima de la señora. Así se consigue un reportaje de investigación jugoso y con mucha audiencia, que reportará unos buenos beneficios a la teleburra de turno. Porque aquí todo dios tiene el seso reblandeció por el calor, la crisis, el alcohol o los estupefacientes, y nos lo tragamos todo. O simplemente somos “españoles” con dos cojones. Este es el tipo de circo que nos va, sin paños calientes a reírse del prójimo en desventaja, al que no tiene donde caerse muerto, al muerto de hambre o mendigo. Carnaza las fieras. Que no decaiga el espectáculo y las vísceras de la verborrea sin educación no pare, que eso es lo que nos va a sacar de la porquería a la que nos acercamos, día tras día a pasos agigantados. Por que por ahora, podemos decir que lo visto en el vídeo, ”también es parte de este país”. Esperemos que no tengamos que retroceder en nuestros pasos de riquezas, y hacernos bastante más pobres. Tan pobres que cualquier comentario que hagamos, sea una risa de los países más desarrollados, intelectualmente, con los que nos queremos codear, y probemos nuestras propias porquerías.