LA SOLEDAD

"Esta vez no era yo el que necesitaba de este escrito, lo escribí para otra persona, dice que le ayudo. Pero hoy lo he vuelto a releer y... despierta en mi cosas."


Soledad... Triste, contundente y fría palabra, que asola el alma cuando pasa. Impertérrita y arraigada, muchas veces. Mas de las deseadas. Y perenne y pasajera unas pocas.

Muchas formas de manifestación tiene, la muy puñetera. Es una enfermedad que te corroe los huesos y el corazón. Te turba y complace en un instante, pero siempre, sin quererlo, es helada, viscosa y oscura. Soledad que se impregna en tus huesos cuando alguien te deja, solo. No sabes como quitártela de encima. Se adhiere a ti como una sanguijuela que te chupa la alegría.

No se crean que para sentir soledad hay que estar solo, no, nada es más falso que eso. La soledad se puede sentir con la compañía mas concurrida, sin prisa se desliza por tu cabeza como un gran manto gris que todo, a su paso, cubre. Sentir a personas hablar de fondo, como susurrando, pero tenerlos a menos de dos pasos grietando como posesos. Que se dirijan a ti y asentar con la cabeza, estando de acuerdo, y no haberte enterado de nada. Ver absorto un programa de TV. y estar en otro plano astral, como mínimo. Caminar sin rumbo fijo, hacia un puerto imaginario, sin timón ni timonel, ni vela que te lleve. Ser frágil y blando por fuera, como un algodón, pero del granito mas duro por dentro.

Alguien dijo que es placentera, por que....¿que ser humano no ha querido estar alguna vez solo?. Pero hasta en eso la sociedad es hipócrita, por que, eso es otro tipo de soledad, nada tiene que ver a la antes mencionada. Esta otra soledad, es la necesaria en los agobios diarios del estrés, apresador, de personas atareadas, necesitadas de esa soledad para hablarse a sí mismos y relajar su alma.

Cualquiera que me lea pensará “ que deprimido y solo tenia que estar el que escribió esto”Que hipocresía. Ni se les ocurra pensar eso, el que escribe esto solo desea explicar con palabras, aun que sea muy difícil, lo que, para el, es la soledad. Pero no quiere decir que se sienta solo, gracias a Dios, no es así.
Por que, como todo, la vida tiene bajadas y subidas y es obligado montarse en esa montaña rusa, para acabar bien en final de recorrido. El que no consiga controlar este viaje, tambaleante, ya entra en otra dinámica, otra mala cosa llamada la depresión, enfermedad que mi condición de Tauro, cabezón, no me ha dejado, y espero no me deje, conocer nunca.

Luchar contra la soledad es posible, se puede vencer, se debe vencer. No hay nada mas desagradable, que personas que siempre han estado acompañados por millares de familiares y amigos, sintiéndose las personas menos solas del mundo, acaben el resto de sus vidas en residencias, en las que solo perciben una cosa de los demás. Que molestan. Y eso si que es una hipocresía de la sociedad, sobre todo de los familiares, a los que, seguro, tanto les dio ese pobre viejo diablo.

Pero como para casi todo, también en esto el refranero español es mas que sabio en este tema, y como bien dice.

- CON LA BARA QUE MIDAS, SERAS MEDIDO-